Invierno en Mallorca

Pueblos que conocer en invierno que tienen su encanto.

Que Mallorca se acerca peligrosamente al paraíso ha quedado claro innumerables veces. Solo hace falta darse una vuelta por cualquiera de sus playas y calas. Pero no tan conocida es su faceta interior: el encanto de esos pequeños pueblos no tan conocidos y que rebosan historia, naturaleza y ambiente por los cuatro costados. Chopin, Borges, Ruben Darío o Gertrude Stein son solo algunas de las personalidades que se enamoraron del carácter y los paisajes del campo mallorquín. Un ambiente bucólico y romántico que ha inspirado miles de novelas a lo largo de la historia.

Quizá el más conocido de todos sea Valldemossa. Está situado en la parte occidental de la isla, en la sierra de Tramuntana, a apenas 20 kilómetros de Palma y tiene su origen en las pequeñas casas rurales de origen árabe que se establecieron en el valle. Su belleza comienza con el valle que le da nombre y que rodea un conjunto histórico en el que destacan edificios como la Real Cartuja, la iglesia de San Bartomeu o el Palacio del Rey Sancho. Además de la belleza de sus edificios y el encanto de sus calles, Valldemossa pronto se convirtió en un foco cultural y multitud de artistas y pintores fijaron aquí su residencia, dejando un rico legado cultural al pueblo. Su importancia cultural y artística es tal que en 2012 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

En la Sierra de Tramuntana y muy cerca de Valldemossa encontramos también Deiá, un pueblecito de calles empedradas y edificios tradicionales construido sobre una colina. También puedes acercarte a la costa, salpicada de promontorios que se adentran en el mar y pequeñas calas de aguas cristalinas.

Seguimos avanzando por la costa y llegamos a Soller, el pueblo de los naranjos. Si quieres hacer un viaje diferente, la forma más romántica e interesante de hacerlo es llegar al pueblo en el famoso ferrocarril de Soller, un tren de madera construido en el siglo XX que une los 27 kilómetros que separan el pueblo de Palma y recorre la sierra de Alfabia hasta llegar a su destino. Una vez en Soller, el pueblo ofrece muchas opciones para pasar el día: pasear por las calles tradicionales, conocer la historia de la región en cualquiera de sus museos o pasar una jornada gastronómica probando los productos tradicionales del pueblo, vinagre balsámico, mermeladas y helados, entre otros, son algunas de las delicias típicas aquí. Y no puedes marcharte de Soller sin conocer su precioso puerto, una de las localizaciones de moda en la isla, o subir al mirador de Santa Catalina para disfrutar de un bellísimo atardecer sobre el mar.

Nos hemos dejado muchos pueblos sin mencionar, Fornalutx, Formentor, Alcudia, Capdepera… y es que Mallorca es una isla con muchos tesoros escondidos. Si tienes la oportunidad, la mejor forma de conocerla es alquilar un coche e ir recorriendo uno a uno los muchos pueblos que la riegan. Te sorprenderá ver la gran variedad de tradiciones, paisajes y detalles que encontrarás en Mallorca más allá del típico turismo de sol y playa veraniego.

Además, si tienes suerte con el clima, puede que seas de los afortunados en ver estos encantadores pueblos cubiertos por la nieve, una estampa de postal que no olvidarás.

07/07/2020

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